Thursday, May 9 2024

“En la Iglesia para la vida del mundo”. 

A lo largo de las décadas, nuestra vida y ministerios han sido moldeados por nuestra atención a las invitaciones de la Iglesia, global y local, y a las necesidades del pueblo de Dios. Las Hermanas, tras haber enseñado en escuelas parroquiales y haberse implicado a fondo en la vida de la comunidad, se prepararon para servir en las parroquias como asociadas pastorales, educadoras religiosas, ministras litúrgicas y guías espirituales.  Apoyando la inclusión y la participación, las hermanas han reconocido los dones de los demás y han fomentado su participación en la vida de la Iglesia. 

Dentro de nuestras comunidades de fe nos encontramos con los marginados, los enfermos, los solitarios, los de corazón roto, los alienados y los encarcelados. Las Hermanas han visto, oído y estado presentes para ellos de muchas maneras. Colaborando con proyectos parroquiales y regionales para educar en la justicia, proporcionar ropa, alimentos, alojamiento y oportunidades educativas a los necesitados.

La enseñanza de estudios bíblicos y la iniciación de grupos que se centran en el desarrollo integral de la persona, la tutoría y el apoyo a los jóvenes adultos en su camino espiritual, y la promoción de la Nueva Evangelización a través de programas de radio son otras expresiones pastorales y formas de construir la Iglesia para la vida del mundo. 183