“El Concilio Vaticano II desafió al pueblo de Dios y a los Religiosos Consagrados a reflexionar y responder a las necesidades de los tiempos”.
Las RSHM entramos de lleno en el proceso de renovación de nuestra vida y misión. Fue también el comienzo de una respuesta a una llamada para que las RSHM de Occidente trascendieran fronteras diferentes y variadas. Las Hermanas que trabajaban en el Colegio Marymount de Cuernavaca conocieron al P. William Wasson, fundador de Nuestros Pequeños Hermanos, un orfanato en Acolman, México. Este encuentro llevó finalmente a las RSHM a dotar de personal y cuidar a los niños desde la infancia hasta la edad adulta. Las RSHM también trabajaron con el orfanato del Padre Wasson en Honduras. A lo largo de los años, las Hermanas de México llevaron a cabo diversos ministerios en distintos lugares. En 1995, la Provincia de América Occidental invitó a las Provincias de Brasil y América Oriental a unirse a ellas para iniciar una nueva comunidad en la zona rural de México, Amacuzac. Dos hermanas del Oeste y una del Este y Brasil se reunieron para preparar esta empresa. Insertas en la realidad de la gente, escucharon sus necesidades y trabajaron con la iglesia local y las agencias para poner sus dones y habilidades al servicio de la gente en once pueblos diferentes.
